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miércoles, 2 de marzo de 2016

El debate de investidura: entre Pedro Sánchez e Iglesias Turrión


Si a valoración de intervenciones se refiere el debate, Pedro Sánchez obtiene un nueve mientras que Iglesias Turrión no pasa de un seis. Fueron los dos grandes protagonistas en el Congreso de los Diputados en el segundo día del debate de investidura. El candidato a presidente necesita la abstención de Podemos para resultar investido, y por ello convirtió a los de color morado en su objetivo principal.
Buena estrategia la llevada a cabo por el líder socialista, bien aconsejado, como el mismo Iglesias Turrión ha reconocido. Eso fue lo novedoso. Lo demás nada nuevo. Todo se sabía de antemano.
El centro de este debate se ciñe a saber si gobierna Pedro Sánchez o si seguimos con  Mariano Rajoy.
La alusión a Felipe González y los enterrados en cal viva fue una de las caídas del líder de Podemos. Se ve que quiere ocupar el espacio político e histórico del PSOE por ello no dudó, además de mencionar para intentar aniquilar el pasado reciente glorioso de los socialistas, en quitarle la S y la O, dejándolo solo con las de PE, Partido Español. Le tiene ganas y se nota.
Se mostró pequeño, muy pequeño, Iglesias Turrión, y no solo de estatura. Nos queda mucho que ver de él, pero de momento, no está ofreciendo el juego parlamentario que se podría esperar en las Cortes. Las instituciones tienen su ritmo y su ritual, y el recurso a la gente de la calle y a los descontentos puede que tenga un limitado recorrido, y lo veremos en los próximos meses.

El que repartió el juego, y que se propone mediar entre los dos, Ciudadanos, pidió no estar en un hipotético gobierno en el que sea ministro de Interior Arnaldo Otegui. Lo dijo mirando a Iglesias Turrión un Albert Rivera quien recordó que hay motivos para la indignación pero que él prefiere optar por estar ilusionado. Ser útil o importante. Hay que elegir, dijo Rivera. Buena defensa del acuerdo firmado con los socialistas.