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lunes, 17 de octubre de 2016

Lo personal es político



Faltan tres semanas y un día para las elecciones presidenciales de los EE.UU. y parece que las mujeres decidirán quién será el próximo presidente. En esta ocasión, si rechazan al candidato republicano, como dicen las encuestas, será una mujer la presidenta.
Nunca antes como en esta campaña el voto femenino fue tan importante (quizá también decisivo) desde la lucha por el sufragio universal. Los frutos del movimiento feminista se ven en momentos que nos depara la historia sin haberlos previsto. Este es uno de ellos.
Lo personal es político. Lo que ocurre a las mujeres en la vida privada es una cuestión que afecta a la sociedad en general. Lo que los hombres piensan y hacen, tanto en el ámbito público como en el privado, son cuestiones que interesan a toda la sociedad. La cuestión cultural de género está en la agenda política, como era de esperar. Y está situada de forma transversal. La reivindicación de la igualdad de trato entre mujeres y hombres ha calado en los dos partidos, demócrata y republicano, y las mujeres deciden porque el problema del machismo les afecta directamente y de forma generalizada. La concienciación de que los comportamientos abusivos  por razón de sexo son rechazables y punibles se va asentando en la sociedad americana y esperemos que no haya vuelta atrás. Especialmente porque lo que allí ocurre repercute en Europa y en todo el mundo.
Lo que vaya a hacer Hillary Clinton como presidenta será cuestionado de forma machista, porque procede la responsabilidad ejercida por una mujer, y eso es todavía rechazable por una cuestión cultural que cercena las posibilidades de las mujeres en todas las sociedades. El electorado que la apoya de forma incondicional confía en que todo sea superado por una política experimentada y preparada, que va alcanzar el poder  y esto es lo que nos ofrece el momento histórico, el de un cambio memorable.
Estamos viviendo un momento político que marcará un antes y un después. Para una parte de los observadores este logro de las mujeres llegando a lo más alto en las instituciones era una situación esperable y no le dan más importancia, para otros representa un cambio de marcha que inicia el futuro y presenta como caducos métodos hasta hace poco aceptados como los tradicionales, los mejores e inamovibles.
Esperemos que el día 8 de noviembre podamos decir: “Hoy es el futuro”, y, al contrario de lo que propugnaba el extinto grupo musical La Polla Records en la canción con este mismo título, la vida no es agonía y no la viviremos agónicamente porque lo que cambia con las mujeres ejerciendo el poder es la forma de ejercerlo. Se abre un abanico de oportunidades. El poder femenino debe representar un proyecto nuevo de vida, de esperanza, de colaboración, de hacer partícipes a los que estaban apartados y excluidos, de comprender a los que piensan diferente, de tener en cuenta, en definitiva, la diversidad social. El futuro en femenino tiene que ser siempre prometedor.

martes, 4 de octubre de 2016

EL SECRETARIO GENERAL, SACRIFICADO



Ocurrió el primero de octubre de 2016. Fueron doce horas de martirio en la familia socialista. Una lucha fratricida que finalizó con el sacrificio del hijo en nombre del padre. Se levantaron las manos, unas para decir no al acuchillamiento, otras para empuñar ellas mismas el arma fratricida.
No se hablaba de otra cosa en los restaurantes, en las tiendas, bares y cafeterías. También en las casas y en todos los lugares públicos, el comentario general era, ¿cómo va la cosa en el PSOE? Desde el rapto y asesinato de Miguel Ángel Blanco no vivíamos tan pendientes de la radio, la televisión y de los móviles. Minuto a minuto anunciaban las ediciones digitales de los diarios que tenían novedades. El tema paralizó la vida del país. Todo el mundo estaba pendiente de si el secretario general salía vivo o muerto del encuentro.
La resolución llegó sobre las nueve de la noche, las manos agresoras eran más que las que pedían que parara el golpe de estado, orquestado desde el mismo día que se aplaudió la noticia de que había secretario general y que iban a ir todos a una. Dicen que dijo la madre: “Este chico no vale, pero nos vale”.
El crimen se cometió sin que en la casa se hubiera constituido una fórmula reglamentada para tomar tal traumática decisión, pero en el revuelo montado se cometió el acto, y surtió efecto. El mismo sacrificado indicó por donde podían clavar la espada para que le infligiera el mínimo dolor. Así se hizo.
Los que tenían la mayoría y los que estaban en desventaja querían votar lo que más les convenía y no había forma de asestarle el golpe de muerte al que fuera candidato a todo o nada. Sobre el lugar del crimen voló durante buena parte de la mañana y la tarde la fórmula que nadie parecía capaz de hacer llegar a los reunidos y al órgano no constituido. El mensaje era: “Que se someta a votación la propuesta del secretario general”. Cuando así pudo ser, llegó el punto final. El secretario general fue sacrificado, y el mismo dijo que iba a morir. Los reunidos respiraron aliviados, pero lloraron y llorarán el apuñalamiento. Un crimen en familia donde, como se ha visto, todavía manda el padre sobre el hijo adulto, no hay futuro. Ahora todo el mundo sabe que el chico no les vale, pero vale.


© Áurea Sánchez